Reconoce tus Errores, Aprende de Ellos y Corrígelos
- Por: Diana
- 2 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Es bien sabido que a nadie le gusta equivocarse, pero a muchos les cuesta reconocerlo, entonces pregunto: ¿Alguna vez han sentido que tomaron una mala decisión que arruinó muchas cosas en sus vidas? ¿Han creído que eso los llevó a un callejón sin salida? O peor aún ¿han pensado que sus elecciones los fueron convirtiendo en una mala persona?
Estoy plenamente consciente que es muy complicado aceptar y reconocer cuando hemos fallado, más aún cuando gran parte de eso implica disculparse con las personas que herimos. Y al final del día, hacer lo correcto y asumir las secuelas de nuestros actos puede implicar tirar por la borda años de trabajo para conseguir lo que hemos soñado… y esa no es una decisión fácil de tomar.
Lo importante es estar conscientes que somos proclives al error y, si caemos en él, debemos ser capaces de tomar las medidas para revertir sus consecuencias. Yo misma he cometido una considerable cantidad de errores, pero también procuro ser rápida en reconocerlos, revertirlos y, lo más importante, aprender de ellos.
Muy probablemente, al momento de tomar un camino, hayan considerado que valía la pena sin medir las consecuencias o tal vez lo hicieran de manera impulsiva. Sin importar cuál sea el caso, quiero decir que siempre es buen momento para aprender de nuestros errores y tratar de sanar los daños… El primer paso es auto-perdonarse.
Al fin de cuenta, lo cierto es que cometer errores constituye la oportunidad de aprendizaje más valiosa que tenemos. Lo importante es aceptarlos, entenderlos y aprovechar la oportunidad que nos brinda para mejorar, sin evadir nuestra responsabilidad.
Todos los actos tienen repercusiones, y muchas veces nos equivocamos a tal grado que esas consecuencias impactan a largo plazo en nuestras vidas. Sin embargo, debemos saber que todos cometemos errores porque no somos personas perfectas y a lo largo de la vida seguiremos equivocándonos porque es normal, pero lo más importante es saber que siempre hay una salida.
Es difícil decir “me equivoqué”; sin embargo, si logramos reconocer que erramos y nos desprendemos del miedo podremos analizar detenidamente el proceso que nos llevó a tomar una decisión equivocada.
He aprendido que muchas veces uno mismo se castiga severamente por las acciones y eso no deja nada bueno. Lo mejor es que intentemos sacar lo más positivo de cualquier situación y aprender la lección para que en el futuro las decisiones sean más sabias. Si afectaron a alguien, discúlpense con toda sinceridad y traten de reconciliarse con esa persona demostrándole con hechos que en verdad lamentan lo que hicieron; y ya verán como poco a poco sentirán como se quitan un gran peso de encima.
Paradójicamente, es un error pensar que el éxito es sinónimo de “nunca equivocarse”. Pensar que siempre estamos en lo correcto puede ser bastante peligroso. En lo particular no celebro los errores, pero respeto y valoro a quienes son capaces de reconocerlos, asumen su responsabilidad y generan un aprendizaje a partir de ellos.
Finalmente quiero decir que una mala decisión no significa que todos los actos subsecuentes deban ser errados y que hay personas a nuestro alrededor que los quieren, se preocupan por ustedes y los aceptan tal cual son, porque son tan únicos y humanos como cualquiera.
Comments