Te gustaría ser: ¿Líder o Jefe? Aprende cómo inspirar a los demás para alcanzar sus sueños
- Por: Diana
- 25 abr 2016
- 3 Min. de lectura

Ser emprendedor implica tomar las riendas del negocio, y trae consigo responsabilidades. Seremos la cabeza del negocio y se deberá tomar decisiones muy importantes. Por ello, es importante saber que no siempre ser jefe es ser líder.
A menudo, muchas personas confunden el liderazgo con el poder posicional. Tendemos a creer que una persona en una posición de autoridad o una persona con un título, ostenta poder debido a sus cualidades de liderazgo. Sin embargo, en muchos casos no existe una correlación entre la posición de una persona y esta capacidad.
¿Cuál será la diferencia real entre ser jefe y ser líder? ¿Imponerse o motivar con el ejemplo del trabajo? Los líderes y los jefes pueden ser la misma cosa al mismo tiempo o dos cosas diferentes, dependiendo de las cualidades que tengan como persona. Un líder podría ser un jefe y un jefe podría ser un líder, pero no todos los jefes son líderes.
Cada vez se habla más en el mundo corporativo de formar líderes porque aquella figura donde el jefe solo supervisa para que todos hagan el trabajo, está quedando obsoleta. También los jefes tóxicos que desde su ego de poder “regañan” o “irrespetan” tanto el trabajo hecho como al trabajador que lo ejecuta, tendrán menos cabida en las filas gerenciales de las empresas comprometidas con su desarrollo, procesos de cambio e innovación.
Ahora que me encuentro ante un nuevo reto profesional, me he preguntado cuál es la mejor postura cuando estamos al frente de un equipo de trabajo. Es bien sabido que un líder es una persona que inspira, guía y dirige a un grupo de personas para alcanzar una meta. Se trata de alguien a quien le asignan una autoridad moral pero que los colaboradores siguen por propia convicción. Es aquél que no puede pensar únicamente en su beneficio, sino en el de todas las personas a las que dirige sin recurrir a la imposición. Por otro lado está el jefe, esa persona que se encuentra a cargo del lugar de trabajo -ya sea directamente la cabeza de la empresa o bien podría ser un gerente- y ante quien los empleados deben de responder.
El mundo gerencial clama líderes en vez de jefes. ¡Y no cualquiera es líder! La demanda está en torno a tener o formar líderes de influencia. Influir, no mandar; escuchar y dar el ejemplo, negociar, generar confianza, brindar el soporte y conocimiento para que el equipo trabaje mejor y de manera integrada, ser transparentes con la situación real de la empresa, crear espacios para encontrar soluciones y reinventarse desde la conversación generativa, humana y productiva… es lo que hace un liderazgo de influencia que dejen una huella en el “ser” y “hacer” de sus seguidores.
Los jefes generalmente trabajan con fines económicos y no ponen tanta atención en el bienestar de las personas a las que dirigen. Además, su autoridad no es seguida por gusto sino por imposición. Aunque no nos guste, el jefe siempre tiene la última palabra.
De ahí que, si queremos ser jefe con liderazgo, debemos verificar que ambos conceptos estén bien relacionados. Podemos ser la cabeza de la empresa, pero ¿contamos con los elementos necesarios para ser líder?
He conocido ambas posturas en mi trabajo y eso es lo que me permite decir hoy que un jefe puede también ser un líder si logra inspirar a quienes están bajo su dirección. Además, si es una persona que toma en cuenta a sus empleados, los escucha y colabora con ellos para que el beneficio de éstos se traduzca en crecimiento para la empresa, el éxito será inevitable.
Por eso, he aprendido que para estar un paso más cerca del éxito, lo mejor es una mezcla entre liderazgo y jefatura. Para mí está siendo un poco difícil poder equilibrar ambas posturas, no quiero convertirme en la jefa que sólo da órdenes… Quiero poner el ejemplo con mis propias acciones pero haciéndome respetar para lograr resultados que beneficien a todo el equipo. Sé que será un largo camino pero no descansaré hasta lograrlo… ¿Qué piensan?
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