¿Cuán desarrollada está tu intuición? ¿Con el Corazón o la Cabeza Fría? Haz Caso a tus Corazonadas s

El sexto sentido es una alarma interior que nos muestra algo que no podemos captar mediante los otros sentidos. Todos reconocemos los cinco sentidos: vista, gusto, oído, olfato y tacto, es a través de ellos que recibimos los estímulos que provienen del mundo exterior, pero ¿Qué sucede cuando percibimos cosas que no vemos, oímos o tocamos y tenemos la certeza de que ocurren?, en este caso decimos que se trata de una intuición, una corazonada o del sexto sentido.

En el aspecto profesional es muy común que debamos enfrentarnos a decisiones que tengan efectos secundarios en nuestra vida personal ¿cómo tomarlas? ¿Es mejor pensarlas fríamente aunque afecten emocionalmente? ¿Debemos guiarnos por lo que nos indica el corazón?

La mayoría de las veces no hacemos caso a la intuición o a esa alarma interior, que nos avisa que algo es positivo o negativo para nosotros y nos dejamos guiar por el razonamiento para tomar decisiones. Pero en cuantas ocasiones ante el resultado de esas decisiones hemos dicho frases como: “Yo sabía que esto iba a pasar”, “Algo me decía que esto estaba ocurriendo”, “Yo intuía que esa persona no era lo que parecía”, etc. No hicimos caso a lo que el sexto sentido nos avisaba, pero aun así la próxima vez que nos indique algo lo volveremos a ignorar y actuaremos “razonablemente”.

En mi caso particular, he tomado en muchas ocasiones decisiones impulsivas, pero hoy empiezo a darme cuenta de lo importante que es también pensar las cosas antes de actuar ya que nuestras decisiones siempre tienen consecuencias. A pesar de eso, puedo decir que cometer ciertas locuras y arriesgarse sin darle tantas vueltas también tiene su encanto y es un lujo que deberíamos permitirnos de vez en cuando.

Algunas personas son más intuitivas que otras, las mujeres tienen más desarrollado el sexto sentido que los hombres, pero en mayor o menor medida todos los poseemos. El sexto sentido nos envía señales, las cuales se pueden percibir, por ejemplo cuando alguien está hablando y “algo” nos dice que esa persona está mintiendo o tratando de engañarnos, posiblemente descartemos este pensamiento y hasta nos avergoncemos por pensar mal de alguien sin tener motivos.

El corazón y los sentimientos pueden ser mucho más nobles y sabios que la cabeza, pero es ésta quien cuenta con mejores herramientas para analizar la situación. Por una parte, nuestro lado emocional hablará al oído de cómo nos hará sentir nuestra decisión, mientras que el racional valorará minuciosamente lo que gana, pierde o sacrifica.

¿Cuántas veces tuvimos una rara sensación antes de alguna cuestión en particular, ya sea una compra, un negocio o tomar una determinación? Esa especie de voz interior que nos decía que no era conveniente, se trataba simplemente del sexto sentido avisando un peligro.

Dicen que las decisiones en el aspecto laboral es mejor tomarlas con la cabeza ya que ésta no se deja llevar por la emoción. La verdad es que me parece un tema bastante complicado, más aún si no sabemos enfocar correctamente las emociones.

Las sensaciones de rechazo hacía alguien que no habíamos visto antes, la mala impresión que nos causa una casa en la que jamás habíamos estado, también forma parte de los avisos del sexto sentido.

Sigo tratando de descubrir qué es mejor, aunque tal vez lo ideal sea hacerle caso a las corazonadas pero sin perder la cabeza. Se trata de armonizar ambas partes e identificar nuestros valores y prioridades para lograr que las decisiones que tomamos nos dejen totalmente satisfechos… ¿y ustedes qué creen?

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