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Mujer, Madre y Emprendedora

  • Por: Diana
  • 22 feb 2016
  • 3 Min. de lectura

En esta ocasión quiero realizar un análisis de cuántas mujeres alrededor del mundo hay que son propietarias de negocios y al mismo tiempo son madres. El reto para ellas es la creación de empresas más innovadoras y profesionales.


Voy a tomar de inicio como ejemplo México, ya que es el país en dónde he vivido en los últimos once años, pero que quede claro las cifras puede igualarse o superarse en cualquier parte del mundo


Hoy en día, la mujer sigue ganando terreno en prácticamente todos los ámbitos: el laboral, el político, el de los medios de comunicación, el arte, la cultura y la ciencia. Y no es un hecho fortuito, pues este segmento representa en México hasta el 2010 el 51.2% de la población, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).


Aunque constituyen poco más de la mitad de la población, en el plano laboral las mujeres se mantienen como minoría, pues tan sólo cuatro de cada 10 mexicanas mayores de 14 años forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA). Sin embargo, este panorama poco a poco va cambiando.

La realidad es que las razones para abrir un proyecto productivo poco tienen que ver con una cultura emprendedora. En muchas ocasiones, la mujer se ve obligada a iniciar un pequeño comercio por razones económicas. De hecho, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el 2009 reveló que el 25.5% de los hogares tienen como cabeza de familia a una mujer, y tan solo en México, siete de cada 10 mexicanas productivas son divorciadas. Estas cifras por supuesto van en aumento.


Este tipo de factores hacen que los negocios creados por mujeres tengan más limitaciones, sobre todo en el largo plazo. Al crearse de forma tan rápida, no se realizan estudios de factibilidad técnica y todo se hace de manera empírica. Además se carece de respaldo, acceso a organizaciones de fomento empresarial o al sector académico, lo que origina que buena parte de los negocios no sobrevivan los dos primeros años.


Los estudios en el sector productivo señalan que la mujer tiende a incursionar con más facilidad en los sectores educativos y de comercio, o en giros de índole doméstico, como fondas o de venta de productos perecederos.


“Somos muy pocas las mujeres ‘industriales’, que tenemos un negocio relacionado con materias primas y productos terminados. Además, en México, no son más de 300 –a nivel nacional– las que se dedican a la actividad exportadora”.


Educación y capacitación

Si bien para lograr que un negocio sea exitoso no es relevante que lo inicie un hombre o una mujer, la preparación con la que cuente el emprendedor sí resulta un factor determinante. La buena noticia es que las mujeres han logrado en años recientes un mayor acceso al sistema educativo y por ende su nivel de escolaridad ha aumentado. En la actualidad, 40 de cada 100 muchachas de entre 15 y 29 años tienen algún grado de educación media básica.


Es indispensable contar con una mejor preparación en el área del emprendimiento. Ello para evitar que las necesidades económicas que enfrenta una mujer al iniciar un proyecto la orillen a decidirse por el autoempleo o los negocios tradicionales con poco futuro. Las representantes del género femenino desean participar cada vez más en los sectores productivos. “En negocios del tipo tradicional encontramos una proporción 50-50 entre hombres y mujeres”.


Sin embargo, la participación femenina disminuye en un 25% cuando se trata de abrir una empresa de tecnología intermedia, y se sitúa en tan sólo 10% cuando se trata de negocios de alta tecnología. “El reto es que con el conocimiento las mujeres empiecen a crear empresas más innovadoras, que generen más y mejores empleos, y mayor riqueza en el país” dónde se encuentren.


Se reconoce que el bajo porcentaje de estudiantes femeninas en la creación de negocios más especializados obedece tanto a motivos culturales como relacionados con el acceso a capital y conocimientos técnicos. Aunque el esfuerzo es el mismo, a un hombre joven le resulta más fácil conseguir recursos entre amigos y familiares, y no se verá tan presionado cuando tenga que pasar largas jornadas fuera de su hogar realizando sus investigaciones.


Ahora bien, sin importar cuestiones de género, siempre le irá mejor a quien esté más preparado. “El reto es terminar con los estereotipos y las actitudes de duda ante nuestras capacidades para sacar adelante un proyecto y ofrecer un producto de la mejor calidad”.


Por último, las cuestiones de orden motivacional y familiar son también importantes. La búsqueda del equilibrio entre la vida personal y familiar siempre será un tema constante para la mujer, aun cuando hoy cuenten con un mayor apoyo de sus padres, esposos o hijos. Pero, podríamos asegurar que, “si una mujer cree que algo es posible y trabaja sobre de ello de manera organizada y profesional, inevitablemente lo podrá materializar”.

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Diana Figuereo 
Madre y Emprendedora
a los 40

"Me di cuenta de que hay muchas páginas que ofrecen información para la mujer, muchas con el proposito de vender un libro, un curso, un taller, ninguna sin fines de lucro que solo sirva al apoyo que necesitamos como mujer. Existe una necesidad evidente de un espacio especializado e informativo que ofrezca una gama completa de artículos y consejos gratuitos prácticos escritos especialmente para la mujer – madre – emprendedora de cuarenta-y-tantos."

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