Madre Trabajadora
- Por: Diana
- 4 ene 2016
- 2 Min. de lectura

Si tienes más de 40, eres mamá y trabajas, lo más probable es que tu carrera sea el medio para lograr tus aspiraciones profesionales y de ganar dinero para vivir una vida cómoda.
Lamentablemente, es posible que en algunas ocasiones te sientas abrumada por tantas responsabilidades y actividades, convirtiendo en un reto el que te marques objetivos profesionales que vayan más allá de llevar a casa un sueldo.
Y para hacer las cosas más complicadas, las madres trabajadoras de cualquier edad, en la mayoría de las ocasiones, se encuentran con obstáculos a vencer que a los hombres probablemente ni siquiera tienen y ni les pasa por la mente.
Las madres que trabajan tienen dos empleos
Estos dos puestos laborales son: ser madre y ser empleada. No es fácil mantener su vida familiar sin interferir en el trabajo. Es posible dejar el trabajo en la oficina, pero ¿cómo se puede dejar a la familia en casa?
Piensa en las veces que has salido de la oficina un par de horas temprano para llevar a tu hijo al pediatra ó para llegar a tiempo a una reunión con su maestra. ¿Te has sentido alguna vez culpable de tener que irte a casa a tiempo, incluso cuando nos has completado algún proyecto, para evitar que tu pequeña princesa o tu pequeño príncipe no sea (una vez más) la última (o) en la guardería?
¿Cuántas veces has sentido que tu compromiso con tus supervisores y tu carrera están siendo puestos en tela de juicio al anteponer los intereses de tus seres queridos?
Y encima de todo, tu “segundo turno” comienza tan pronto como sales de la oficina. El empleo de “super-mamá”: preparar la comida, revisar las tareas, llevar a los niños al karate, clases de baile, de piano y así sucesivamente.
He aquí el reto de poner en una balanza cada decisión que tomas. Por un lado tienes que poner las necesidades de tu familia y por el otro las perspectivas de tu carrera: ¿Llevar a los clientes a tomar la copa después del trabajo ó a tu hijo a su partido de fútbol? ¿Aceptas la promoción que te hará mudarte al otro extremo del país ó te olvidas de ello hasta que tus hijos crezcan?
La elección final nunca es fácil, y probablemente te pases la vida preguntándote si tomaste la decisión correcta y te acose el sentimiento de culpa cualquiera que sea tu elección. ¡Las madres que trabajan generalmente aprenden a vivir la vida plagadas de culpabilidad!
Pero veamos las cosas como lo que son: las madres que trabajamos lo hacemos porque lo NECESITAMOS. Ya sea porque necesitamos el ingreso ó porque necesitamos cumplir con nuestro deseo de trabajar y ser profesionistas y /o porque queremos una vida mejor para nuestros hijos. Pero si vivimos estresadas, siempre a la carrera y no pasamos nada de tiempo con nuestros hijos, entonces vale la pena hacer una pequeña pausa y analizar la situación.
Si vamos a trabajar, ¿no debería ser en una carrera que es gratificante, tanto intrínsecamente como financieramente y que también nos permita disfrutar de nuestra vida familiar?
Conclusión: Cuando sientas que ya no estás a acorde con tus horarios de trabajo y familiar, piensa en la posibilidad de emprender tu propio negocio en algo que te apasione
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